Vamos a compartir la experiencia de un verano que nos llevo por tierras de Transilvania, Valaquía, Moldavia y la Bucovina dónde nos encontramos, después de años con muchas ganas de conocerlos, con los monasterios pintados de esta magnífica región de Rumanía. Su belleza es espectacular cómo lo es el entorno en el cual se asientan:
Zonas boscosas llenas de agua que responden a un patrón que ya conocemos en la Península Ibérica y en otros lugares de Europa, los antiguos eremitas buscaron lugares apartados en plena naturaleza para enclavar sus pequeños oratorios y dieron origen en muchos casos a estas fastuosas comunidades que nos han legado unos lugares que son dignos de disfrutar y admirar.
Para situar someramente el contexto histórico, nos debemos situar en una zona de confluencias sajonas, eslavas y turcas que eran zona de comunicación entre Asia y Europa dónde las mezclas comerciales implicaron una simbiosis de culturas que han quedado plasmadas en cientos de figuras delineadas sobre los fondos de azurita, que dan este característico y original tono azul. Como digo, antiguos eremitorios que figuras como Esteban el Grande convirtieron en comunidades más amplias erigiendo estos espléndidos monumentos. En la cronología nos movemos entre finales del siglo XIV y finales del siglo XV, con retoques y modificaciones posteriores que han marcado el devenir de esta zona confluencia cultural e histórica.
Comenzamos en Curtea de Arges, pequeña ciudad en Valaquia que durante la dinastía de los voivodas Basarab fue corte de la futura Rumanía antes de trasladarse a Bucarest. De hecho el nombre significa Corte Real.
Por situarnos, los inicios de lo que hoy es Rumanía se nutren inicialmente de la herencia cultural y religiosa de Bizancio que ha sido el sustrato cultural clave en la unificación territorial que no culminó hasta el siglo XIX. En el siglo XI se vertebraron los voivodatos que son la primera forma de división política rumana, con dinastías que se fueron organizando en Valaquia y Moldavia, y que se consolidaron gracias al comercio durante siglos, luego se convirtieron en vasallos del Imperio Turco entre los siglos XV y XVI y fruto de la resistencia a este poder se consolidaron principados como el de Esteban III el Grande en Moldavia o el de Vlad Tepes (el empalador) en Valaquia. Éste será el germen de la integración de los territorios que hoy componen este país que sin duda ha pasado por muchos avatares históricos que de forma somera os iremos contando a lo largo de los post.
La bella catedral de Curtea de Arges es una magnífica síntesis de culturas, en muchas de sus trazas nos recuerda a catedrales eslavas con sus cúpulas en bulbo, pero la forma de decorar nos recuerdan al ataurique islámico que también conocemos, se puede ver detalles de la utilización de caligrafía cúfica que tanto nos recuerdan el sustrato cultural musulmán...
..y éstas mezcladas con una virgen en la portada de clara influencia bizantina.
El interior nos retrotrae a Santa Sofía o a los mosaicos de Ravena pero con pintura. Este dios en majestad está claramente inscrito en el cristianismo ortodoxo
Y el cenáculo que remata este ábside con su horror vacui, nos acerca a toda la tradición cristiana bizantina y al gusto por una decoración llena de pan de oro y riqueza tanto iconográfica como artística.
Seguimos hacia el monasterio de Cozia, enclavado en un parque natural en la margen derecha del río Olt, fundado por el voivoda Mircea el Viejo entre 1386-1388, para servir como última morada para él y su familia:
La profusión iconográfica es muy grande e inunda todas y cada una de las paredes del recinto
iconografía mariana, referencias bíblicas y escenas del juicio final se extienden por sus muros
con detalles llenos de riqueza cromática y simbólica.
Nuestro nuevo hito es ya en la Bucovina, dónde proliferan estos monasterios que debemos contextualizar en las invasiones turcas que obligaron a numerosos monjes ortodoxos a huir hacia los Cárpatos, dónde fueron acogidos por los príncipes moldavos, las batallas contra el invasor dio lugar a la construcción de muchos de estos monasterios como elementos conmemorativos como el caso de Moldovita que se cita por primera vez en 1402:
La belleza de este edificio queda de manifiesto en la imagen que muestra todo un proyecto iconográfico muy importante. Nos fijaremos en algunos elementos que para nosotros resultan especialmente significativos:
Aquí se nos muestra de forma detallada la toma de Constantinopla (más detalle foto inferior), lo que refuerza esa idea de conmemoración de estos edificios:
Los profetas como Ezequiel, rodeados de esas cuatro imágenes con cabezas y alas que pueden aludir a los evangelistas con esos ojos en los vivientes, esto sería fruto de lo que muestra la segunda teofanía del Apocalipsis: "Los cuatro vivientes tenían cada
uno de ellos seis alas, y todos en torno y dentro estaban llenos de ojos, y no se daban reposo
día y noche, diciendo: santo, santo, santo es el señor Dios todopoderoso, el que era, el que es
y el que viene".
La unicidad en su naturaleza de los cristianos ortodoxos queda de manifiesto en esta representación de la Trinidad.
Esta idea se refuerza en este panel dónde a esa idea trinitaria de unicidad se añade la figura de la Virgen madre de Dios que lo alumbra sin el pecado original. Las diferencias teológicas entre el cristianismo ortodoxo y católico quedan muy claras en las representaciones.
Imagen de los donantes reforzando la idea de la conmemoración de los templos.
La anunciación, alumbramiento y presentación de Jesús en el templo aparecen en estos paneles. En él de abajo a la izquierda nos sugiere la recepción de las enseñanzas a través del Espíritu Santo en una parábola iconográfica que recuerda como los mandamientos llegaron a Moisés a través de una zarza ardiente donde cuelgan las tablas y como luego éstas le son presentadas a los discípulos aunque aquí quien las presenta es Jesús.
Referencias a actos evangélicos.
Los interiores continúan con la profusa decoración aquí con rosetones e imágenes de la vida de JesúsTambién los martirios, sobre todo de los primeros momentos del cristianismo, dan pábulo a esa lucha por la fe frente al enemigo que aquí era el Imperio Turco.
Este grupo culmina con el Cordero victorioso que ilustra este panel.
El camino nos lleva a Sucevita, monasterio dedicado a la resurrección que se comenzó a construir en 1583, sus vivos colores y su buen estado de conservación hacen de éste un espléndido lugar.
Esta imagen de la corte celestial y del comienzo de la resurrección que ocupa todo el panel central es realmente espectacular. La Escalera del Paraíso fue elaborada por San Juan Scârarul llamado también Juan Sinaitul que vivió en el siglo VI en el Sinai.
Elegancia en un entorno inmejorable que dan como resultado un belleza serena.
Llegamos al considerado la Capilla Sixtina de este elenco de monasterios: Voronet, la iglesia de San Jorge de este monasterio, con su azul intenso es una de las más famosas de la Bucovina. Fue construida por Esteban el Grande, que según la leyenda, en un momento de crisis en su lucha contra los turcos acudió a Voronet a consultar a Daniel el Eremita y, tras la victoria, cumplió la promesa de construir un templo dedicado a su santo protector en un lugar donde antes existió una iglesia de madera.
Aquí estamos ante la considerada la obra maestra de este conjunto de templos. El espléndido Juicio final de la parte posterior de la iglesia cuya belleza se ve remarcada con unos vivos colores y una iconografía muy bien elaborada.
En esta fachada sur en la parte superior izquierda aparece el árbol de Jesé, en el resto vidas de santos en especial de San Jorge cubren en su totalidad sus muros.
En los detalles este peculiar pesebre con significativas ausencias y que glorifica la figura del nacimiento santo de Jesús de una mujer que alcanzará la santidad. El resto de símbolos podrían representar en parte a los evangelistas en sus formas animadas.
Nuevamente y como hemos visto en otros lugares exaltación de los martirios, un San Jorge que ayuda en la victoria. En el panel inferior derecho aparece el metropolita Grigorie Rosca que fue el impulsor de las pinturas de Bucovina a partir de 1547 con el trabajo de Petru Rares. A su lado aparece Daniel el Eremita. Ambos Rosca y Daniel están enterrados en este monasterio.
Aquí aparece el icono de Deisis (La Plegaria): "el redentor Jesucristo, el juez imparcial contempla detenidamente a todos los que franquean el umbral de nuestra iglesia: a su derecha a su izquierda la Santa Virgen y San Juan Bautista que interceden en favor de nuestra misericordia"La entrega de los restos del Santo a los reyes, con un tratamiento artístico muy primario y que sólo busca el simbolismo de la escena.
En estas imágenes podemos interpretar que se trata de la figura de San Pedro como cabeza de la iglesia junto al poder y en su iconografía como pescador de almas, que se refuerza en la imagen inferior:
La resurrección como elemento clave del cristianismo.
Los Turcos infligiendo martirios que llevan a la santidad
Momentos del Juicio final, con la corte celestial que ejecuta los cantos litúrgicos y la resurrección en esa lucha entre el bien y el mal donde el fiel decide sin necesidad del Purgatorio que se da en otras lecturas cristianas.
La cúpula celeste dónde se representa el Zodiaco y dónde un arcángel abre las puertas del cielo, todo un programa iconográfico muy elaborado.
Quiero compartir esta imagen del paraíso cuando menos curiosa, aparecen dos personajes que podríamos identificar con Adán y Eva. En la imagen superior Adán ofrece las almas que habitan el paraíso cuando suenan las trompetas de la Apocalipsis. Los animales que habitan este paraíso no son sólo animales ordinarios que representan el bien sino también dragones que podrían representar el mal
La imagen de la mujer es todavía más controvertida, como decíamos está en el mismo panel que el anterior y podría ser Eva, relacionada con un mundo marino. La lectura también podría ser de Tetis, diosa del mar cristianizada como sirena que a lomos de los delfines protege a los navegantes. No obstante, la lectura iconográfica es compleja ya que este ambiente marino que se abre sobre ese suelo del paraíso en un Juicio final no responde a modelos que sean habituales. Estamos abiertos a todas las sugerencias que se puedan aportar a esta lectura.
Terminamos nuestro periplo por los monasterios de la Bucovina en Agapia que es el monasterio más moderno que se erigió en el siglo XVII y que es sobre todo una gran comunidad monástica con una comunidad de monjas muy significativa.
Se trata de un bello lugar con unos recintos muy cuidados
Es en este monasterio dónde más hemos conocido el duro pero bello trabajo de las monjas que con su rigurosa indumentaria trabajan realizando bellos bordados y estupendos iconos que de forma totalmente artesanal nos recuerdan la dureza de esta vida monástica que permite conservar bellas tradiciones.
Esperamos que os haya gustado el paseo.
Fotos: JV y Eugenia
JV
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