viernes, 1 de abril de 2016

Budapest, una ciudad singular para saborear

 Budapest es una ciudad que se caracteriza por su singularidad. Es una ciudad marcada por muchas realidades contrapuestas e incluso contradictorias pero es atractiva sugerente y reveladora. Empecemos por dos de sus símbolos: el Danubio que le da una identidad particular al separarla en dos, Buda y la zona de Pest dónde encontramos su Parlamento vínculo de su acerbo identitario y un cuando menos peculiar edificio que marca la visita a la ciudad y sirve de brújula para moverse por ella.
 La plaza que lo alberga es paso obligado por el resto de edificios que la conforman: museos, esculturas de los próceres de su historia (estatua ecuestre de Rákóczi) y personajes inolvidades para los húngaros como...
Imre Nagy que se enfrentó a los comunistas en el año 1956 apoyando la causa popular 
 En las proximidades está la plaza de San Esteban con su imponente planta de marcado carácter clásico en cruz griega. Es el centro neurálgico de la ciudad y desde su cúpula neorrenacentista se tiene una magnífica panorámica de la ciudad:
 El Palacio Real en Buda se muestra con claridad y...
....también la zona de Pest con sus edificios y el parlamento como referente permanente

 El Parlamento es un edificio singular que es necesario visitar y está lleno de curiosidades como estos espectaculares ceniceros para puros de gran envergadura:

 Un edificio espectacular lleno de bellos y sorprendentes rincones
 Y con actividades como este encuentro con estudiantes para fomentar el parlamentarismo

 La Opera de Budapest es otro edificio singular que marca la Avenida Andrássy llena de edificios monumentales cómo el que está al otro lado de la calle, el Palacio Drechsler, sede del antiguo Instituto Nacional de Ballet y que recibe su nombre de un antiguo café muy famoso en la ciudad. Hoy como otros edificios espera función por sus nuevos propietarios. Esta es una realidad de la ciudad que está en renovación y en unos años puede cambiar de forma sustancial.

 
 Pero volvamos a la Opera, las imágenes hablan por si misma de un edificio de hermosa factura y con una decoración interior que nos recuerda a Viena y a la fastuosa arquitectura imperial del XIX.


 La plaza de los Héroes es una plaza que evoca el orgullo de los húngaros, con su monumento al Milenario rematada por la efigie del arcángel Gabriel, el museo de Bellas Artes y muy cerca los famosos baños Széchenyi dónde disfrutar de las aguas termales de esta singular ciudad.
 En el parque público que rodea la plaza el Castillo Vajdahunyad, toda una sorpresa llena de edificios historicistas e iglesias como la de Ják que reproduce una iglesia benedictina además del museo de Agricultura, toda una experiencia.

 Volvemos al puente de la Cadenas, nuestro paso hacia Buda y el rio se yergue majestuoso ante nosotros con el Puente de Elisabet y el Monte Gellert a la derecha, en la imagen inferior.

 Vamos hacia el Palacio Real en Buda, a conocer sus museos y ruinas medievales.
 Y a contemplar estas vistas del puente de las cadenas y los grandes edificios de Pest, cómo el secessionista Hotel Four Seansons en primer plano y San Esteban detrás y como no el Parlamento y la isla Margarita en las fotos inferiores:

 
La iglesia de Matías (también conocida como la iglesia parroquial de Nuestra Señora) tiene sus antecedentes en el S. XIII y XV, pero sucesivos incidentes como la invasión turca, que la convirtió en Gran Mezquita en 1541 o graves destrozos en 1723, han dado lugar a una iglesia de estilo neogótico realizada por Frigyes Schulek entre 1873 y 1896. Debe su nombre al rey Matías Corvino que la amplió y embelleció de forma significativa.
Este timpano original de la asunción de Maria, fue la base para la pieza actual de Schulek
Su interior profusamente decorado con maderas nobles y pinturas en los paños, alberga la tumba del Rey Béla III y de Ana da Châtillon.
Alberga en su galerias superiores un pequeño museo de Arte Sacro dónde destacan estos símbolos del poder regio.
  Vista del interior
La zona del Castillo y del Bastión de los Pescadores ofrecen desde Buda unas estupendas vistas de la parte baja de la ciudad y de su alter ego Pest, con el Parlamento siempre como referencia
El Bastión que con sus torres cónicas evocan las tiendas de campaña de los primeros magiares, nunca cumplió sus originarias funciones defensivas y se convirtió desde el principio en un mirador que hoy además es zona de disfrute para foráneos y locales.
En la zona de Buda destaca el barrio de Viziváros y su calle principal Fö utca que la atraviesa en toda su longitud. Es una zona de cafés, restaurantes y de grandes edificios barrocos como esta iglesia de Santa Ana, en cuya portada aparcen esculturas alegóricas de la Fe, la Esperanza y la Caridad.
En la plaza central de este peculiar barrio está el llamado espigón del Danubio, donde se tienen una magníficas vistas del Parlamento y de la zona de Pest.

Otro edificio singular de la zona es la Iglesia calvinista, cuya cubierta en tejas cerámicas es uno de los atractivos del paisaje de Buda

Vista desde Buda del Puente de las Cadenas, el Four Seasons al fondo y otros edificios de Pest
Vistas de Pest desde el Puente

Vistas de Buda desde el Puente, con las iglesias de Santa Ana, Capuchinos y Calvinista. Panorámica de San Matias, y Bastión de Pescadores:

Vista general del Danubio con ambas orillas y la Isla Margarita tras el puente
En la zona de Buda se alza el monte Gellért que entre otras joyas cuenta con este magnífico hotel-balneario de estilo Secesión y con un instituo de hidroterapia además de sus afamadas y cinematográficas piscinas:

Interior y detalles de la cúpula del Balneario Gellért

En la ladera del Monte, se excavó en 1926 esta iglesia rupestre que intenta reproducir el Santuario de Lourdes y gestionada por una comunidad de padres Paulinos.
En las afueras de la ciudad y en una de sus colinas se encuentra el MementoPark, o el parque de la Estatuas dónde se reunen 41 monumentos de la etapa comunista y de la revolución húngara de 1919
Nos llamó la atención ésta, dedicada a la Brigadas Internacionales que apoyaron a la República Española...
o esta otra dedicada a la paz
En esta estructura que da entrada al museo aparecen las botas que son el recuerdo de una gran estatua de Stalin de 8 metros derribada en la revolución de 1956 que fue sofocada por la fuerza por los soviéticos:
Nos llamó especialmente la atención este monumento a la revolución húngara de 1919 protagonizada por Béla Kun. Es cierto, que esta no es una escultura comunista sino de una revolución nacional y proletaria protagonizada por todos los héroes húngaros apiñados en esta obra. Aunque no es comunista suponemos que se llevó a este parque por que esta parte de la historia húngara no se ajusta a las directrices ideológicas de las autoridades húngaras actuales que sólo beben en sus héroes más conservadores repudiando toda idea progresista. Cosas que pasan y lecturas históricas parciales.
No obstante, en todo museo del socialismo que se precie debe aparecer una imagen de Lenin marcando el camino, aunque claro no se explica que el camino de la dictadura stalinista no era la que propuso Lenin. No es menos cierto que estos debates en la actual Hungría no son procedentes, ellos están ahora en la filosofía neocon más reaccionaria aunque esto no quita el canto y sabor de esta espléndida ciudad.
El Mercado Central se ubica en una antigua estación de arquitectura ferrovitrea y debemos destacar que su restauración ha sido muy acertada:


Dentro del mercado puede admirarse y degustarse la rica variedad de productos magiares y también degustar platos muy auténticos y contundentes como el que vemos en la imagen: una suerte de torta con un relleno potente y un pisto que es una guarnición muy adecuada.
 En un afamado puesto de este mercado se puede comer los Lángos, una torta de masa para churros que se puede cubrir con dulces y salados, un plato contundente y también muy particular. Es bueno disfrutar de él.
 En el mercado encontramos a esta peculiar húngara vestida con el tradicional traje magiar de reminiscencias rurales y que nos permite comentar el carácter de los habitantes de esta ciudad para con nosotros: en general correctos y amables aunque algo serios y rigidos en su relación con los viajeros.
Desde el Mercado abordamos la calle Váci, auténtica arteria comercial y lúdica de la zona de Pest. fastuosos edificios y patios jalonan esta bella muestra del Budapest más moderno aunque lleno de sabor histórico en sus edificios y monumentos:


Volvemos a Buda para mostrar pequeños retazos de su zona más antigua:

Con recuerdos de épocas anteriores como este Trabant aparcado en la calle y cuyo dueño solicitaba un donativo para mantenerlo
O peculiares restos arqueológicos como esta torre y vidriera de la antigua iglesia medieval de Santa María Magdalena:

y las callejuelas de la zona norte del Castillo, con el campario-reloj del antiguo ayuntamiento de Buda
Hemos dejado para el final el monumento más triste que se encuentra junto al Parlamento: muestra estos ajados zapatos metálicos recuerdo de los excesos de los nazis en Hungría quienes con zapatos metálicos tiraban a los judios al Danubio. Un homenaje triste pero necesario en estos momentos de zozobra política europea hacia los que huyen de los horrores de la guerra.

En conclusión una ciudad llena de paradojas y contrastres pero llena de una bella singularidad que merece la pena conocer y disfrutar.
Fotos Eugenia y JV
JV