viernes, 1 de agosto de 2014

La Puerta de Ishtar y los restos mesopotámicos en el Museo de Pérgamo (Berlín)


La Puerta de Ishtar fue la entrada norte a Babilonia, corresponde al período 604-562 a.C del Rey Nabucodonosor II. Tiene una altura de 14,75 mts. y está realizada en ladrillos cocidos y esmaltados. La parte reproducida en el museo de Pérgamo, corresponde sólo con la puerta exterior, más pequeña que la posterior, con lo que las dimensiones del edificio serían fastuosas. Los expertos suponen que por su realce cromático, el conjunto de la obra constituía una unidad funcional en el contexto de las festividades de Año Nuevo en Babilonia.
 En esta reconstrucción en maqueta, podemos observar como la procesión solemne pasaba por la puerta de la ciudad, que llevaba el nombre de la diosa Ishtar y continuaba su marcha hasta el distrito del templo. En la Vía de la procesiones se encontraban representados los animales simbólicos del olimpo babilónico.
Las dimensiones del lugar y de las edificaciones anejas serían realmente impresionantes, tanto como para obnubilar al propio Alejandro Magno quien morirá en esta increíble ciudad.


Esta Puerta estaba protegida por la Triada divina de los babilónicos: Marduk (una suerte de Dragón), dios supremo de Babilonia. Adad (Toro), dios de la tempestad y el León, que llena la vía de las procesiones es el símbolo del poder supremo de Babilonia. El número de animales que poblaban estos muros ascendían a 575.
 Marduk
Varias representaciones de Adad


 Iconografía con representación de árboles, posiblemente cedros, elementos florales y la representación repetida del León como motivo de la fuerza del poder de los reyes de Babilonia. 




En el lateral izquierdo de la Puerta aparece esta inscripción que aporta importante información sobre la realidad de la vida en Mesopotamia y acerca del devenir histórico-religioso de la zona. El texto dice: "Las entradas a las puertas de las murallas Imgur-Enlil y Nimit-Enlil habían quedado cada vez más bajas a raíz de los terraplenes en la vía de Babilonia". Este texto alude a las continuas crecidas de los ríos y que se encuentran en la esencia de la teoría de la Creación para los mesopotámicos. quité dichas puertas y, con asfalto y ladrillos, puse su fundamento a nivel de las aguas subterráneas; mandé hacer las nuevas puertas con ladrillos de piedra azul y preciosas figuras de toros y dragones. Como tejado, cubrí las puertas longitudinalmente de inmensos cedros. Las batientes (eran) de cedro con guarniciones de bronce. En todas las puertas instalé umbrales y goznes de mineral fundido. Erigí toros salvajes y dragones furiosos en el interior de la puertas, las doté con magnificencia y suntuosidad para que toda la Humanidad las contemple asombrada.(Marzahn,1993, pág.30). El tenor del escrito plantea alto nivel tecnológico alcanzado por los babilonios y su dominio de las técnicas de construcción y decoración. Pone de manifiesto la conciencia del poder que esta civilización había alcanzado y de su trascendencia histórica.
Podemos observar aquí con todo detalle los caracteres de la escritura cuneiforme que utiliza el alfabeto del lineal B, que se utilizó como escritura en el mundo mesopotámico. 
Para conocer más y profundizar, resulta interesante: 
Pero el museo cuenta además con otras piezas de las sucesivas civilizaciones mesopotámicas: sumerios, asirios, etc:
Documento cuneiforme que conmemora actividades edilicias del rey Nabucodonosor II (604-562 a.C.), en forma de pequeño barril, está realizado en barro cocido tiene unos 18 cm. de largo y fue encontrado en Sippar.
Portadores de lanzas, período Persa, Palacio de Susa correspondiente al reinado de Dario I el Grande (521-486 a.C), están realizados en cerámica de cuarzo esmaltada en colores, altura 1,83m.
 Reconstrucción de la fachada del templo de la diosa sumeria Inanna (Ishtar) con divinidades  masculinas y femeninas, dispensadoras de agua. Uruk, periodo del rey casita Kara-Indash (entorno al 1413 a.C.), realizado en barro cocido, con zócalo de ladrillo, 2,11 mts. de altura. Mientras los dioses masculinos barbados visten trajes decorados con un patrón de escamas (símbolo de las montañas), las túnicas de las deidades femeninas están adornadas con lineas verticales ondulantes (símbolo del agua).
 Ver detalle de la túnica femenina. La alegoría de los dioses que vierten agua (la vida) puede interpretarse en el sentido de que el dios de las montañas y la diosa del agua aseguraban, como fuentes de vida, el abastecimiento de agua en el sur de Mesopotamia. Aunque esta temática tiene más relación con los Casitas, en principio un pueblo extranjero que gobernó Babilonia durante siglos.
 Fragmentos de la fachada de mosaico de conos de barro cocido del gran templo de Eanna en Uruk, finales del IV milenio a.C., tiene 11 mts. de largo y 1,75 mts de altura. Se corresponde con los momentos más antiguos del Creciente Fértil, con las culturas sumeria y acadia. 
  
Assur sera el centro de la cultura asiria del III al I milenio a.C. Los paneles con relieves provienen de Kalhu (la actual Nimrud) y de Ninive (la actual Kujundshik). Un ejemplo de las decoraciones de estos palacios es este friso con la representación de una caza de leones del rey asirio Asurnasirpal II (883-859 a.C.). El rey no sólo cazaba animales en libertad, sino que también se organizaban cacerías en cotos de caza con animales cautivos. Para el pueblo, triunfar en una caza de leones significaba derrotar al animal más poderoso y era una demostración de que el rey tenía fuerza suficiente para defender a su pueblo. 
 Este podría ser un ejemplo de esos animales en cotos que servía para proveer al rey de espacios de caza.
 Este genio protector alado forma parte de una reconstrucción de un palacio asirio que podríamos situar en el período del rey Tukulti-Ninurta (1243-1207 a.C) o bien del periodo de Asurnasirpal II (883-859 a.C.), está realizada en alabastro y tiene unos 3,13 mts. de altura.
Pila de basalto de 1,17 mts. de altura, correspondiente a Assur, período del rey Senaquerib (704-681 a.C.)
Este museo nos recordó en algunas de sus salas, al museo de la Civilizaciones de Ankara. Encontramos varias piezas del período hitita como este león que proviene de Zincirli (al norte de Siria, muy cerca de Anatolia). 
La relación entre la civilización hitita y las culturas de Mesopotamia se pueden observar en este relieve que fue encontrado en una cámara funeraria saqueada, muy cerca de uno de los palacios (llamado Hilani I) en la colina que alberga la acrópolis de Sam´al (construida en Basalto y datada a mitad del siglo XIII a.C.). Enmarcada por un fino listón, aparece una escena de comida sobre la que planea el disco solar alado. La difunta aparece sentada a la mesa y con ayuda de una sirviente mitiga su calor con un abanico de plumas.
También en las cercanías de Sam´al se encontró esta colosal representación del dios de las tormentas Adad. En ella aparece una inscripción del rey Panamuwa I, en la lengua de Sam´al, emparentada con el arameo (primera mitad del s. VIII a.C.).

La zona de Tell Halaf VI y V, es muy rica en ídolos femeninos y estas cuatro representaciones pudieran tener relación con esta zona norte de Siria y una zona de primigenio contacto entre los hurritas, hititas y las culturas mesopotámicas. 
Igualmente estas zonas de Siria y Palestina también dejaron un legado que va a entroncar con la cultura islámica que tiene una presencia importante en el Museo de Pérgamo. En la imagen, se muestra una pequeña parte de la monumental fachada del palacio de Mshatta. Este palacio se atribuye al califa omeya al-Walid II (743-744), quien ordenó construir un palacio en el desierto jordano al sudeste de Ammán. La obra quedó sin terminar y fue redescubierta en el siglo XIX. El sultán otomano se lo regaló al káiser alemán y se haya en este museo desde 1903.  

 Uno de las joyas que alberga el museo es esta Sala de Alepo, se trata de una casa original y permite ver el interior de una auténtica vivienda siria de principios del siglo XVII. El revestimiento de madera policromada de las paredes corresponde a la sala de la mansión del hombre de negocios armenio Isa Ibn Butrus, en Alepo. En la sala aparecen temas cristianos como la virgen María con el niño Jesús o un cuadro de la Última Cena, que se combinan con escenas de libros ilustrados persas, descripciones de la naturaleza e inscripciones con textos de salmos, auténtico sincretismo religioso.

Podemos encontrar también bellos Mihrab como este de Kashán (Irán) datado en la última decena del mes de Safar 623 de la Hégira (21 de febrero al 1 de marzo de 1226). Está realizado en cerámica de cuarzo, pintura bajo esmalte y brillo. Una auténtica joya.
 
 Para terminar unos retazos de arte egipcio que también puebla las salas de este increíble museo, pese a que no se destaca en los libros sobre el museo, éste contiene una colección muy digna y bien organizada.

Espero que este primer acercamiento a este museo único pique vuestra curiosidad os prometo más.
Fotos JV y Eugenia
JV

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