viernes, 15 de enero de 2016

El Castello Sforzesco, El Naviglio Grande y la Pinacoteca de Brera, últimos bocados milaneses

Esta fortaleza fue construida en 1368 por Galeazzo Il Visconti, el castillo de los Sforza fue ampliado en el siglo XIV por Gian Galeazzo y después por Filippo María, quien lo transformó en un espléndido palacio ducal. Fue parcialmente demolido en 1447, durante la República Ambrosiana. Pero Francesco Sforza, señor de Milán en 1450, y su hijo Ludovico El Moro convirtieron el castillo en una de las cortes más magníficas de la Italia renacentista, con invitados como Bramante y Leonardo da Vinci.
Una de las delicias que guarda el Museo de Arte Antiguo, incorporado a este magnífico complejo, es la Pietà Di Rondanini, se piensa que es la última obra de Miguel Ángel. En ella abandona la tendencia a las esculturas de más acusado porte para estilizar las figuras pero sin restar tensión a la obra con una impresionante curva dónde no sabemos quien sujeta a quién. El rostro de la Virgen es más sereno y soporta con dulzura a su hijo, ya adulto. Una obra cargada de fuerza y magnetismo.  




 También Leonardo nos dejó esta Sala delle Asse, con una iconografía peculiar que aún está en estudio. Se trata de una pérgola pintada en 1498, que fué pintada simulando estar al aire libre. La sala debe su nombre a las tablas (asse) que se cree recubrían las paredes.
Visitamos el lugar en plena fiesta de San Ambrosio y un inmenso mercadillo rodeaba la fortaleza.

 Las diferentes puertas de entrada marcan la grandiosidad y fuerza de esta fortaleza


El plano de la época de Ludovico el Moro, muestra las innovaciones de la arquitectura militar.

La gran explanada central da paso a El Cortile della Rocchetta, último refugio para los asedios. Sus tres soportales, antiguamente decorados con frescos, fueron realizados por Filarete, Ferrini y Bramante:
La reconstruida torre de Filarete, siguió en su restauración el modelo original.
En la torre Castellan conservaba Ludovico El Moro su tesoro, custodiado por una figura de Argos en un fresco de Brramante.
Está fortaleza guarda los llamados Musei Civici, con colecciones de muebles, artes aplicadas y también una interesante pinacoteca:




Las ruinas de la Porta Vercellina muestran su gran fortificación que protegía la puerta de 
Santo Spirito

Llegamos a los Navigli que formaron hasta el siglo XIX, el distrito portuario de Milán. El sistema de esclusas, que hoy se puede visitar, permitía a los barcos navegar entre los canales en niveles diferentes. Esto permitió en el siglo XIV transportar el mármol de Candoglia para el Duomo. En el siglo XV, Ludovico El Moro con la ayuda de Leonardo, mejoró estos canales, lo que posibilitó la llegada de sal y carbón y la salida de artesanía y telas.
Red de canales
Hoy es una zona llena de bullicio y plagada de restaurantes dónde se puede disfrutar de la auténtica cocina milanesa.
Es un barrio plagada de corralas con el típico amarillo milanés y con sus clásicos balcones corridos. En esta zona abunda las tiendas y los talleres de antigüedades. En las antiguas barcazas hoy hay clubes nocturnos.

En el camino de sirga encontramos el Vicolo dei Lavandai, donde las mujeres lavaban la ropa sobre estos poyetes cubiertas por estas estructuras de madera.

 
La Pinacoteca de Brera se encuentra albergada en el edificio homónimo, un antiguo convento del siglo XIV de la orden de los Humillados. La Pinacoteca es el museo principal de Milán, y uno de los más importantes del mundo por su prestigiosa colección de pinturas antiguas y modernas. La colección proviene de la concentración en este edificio de las pinturas requeridas a las iglesias y los conventos en la época de Napoleón. Al igual que en Venecia y Boloña, esta galería de arte tenía específicos objetivos didácticos bajo la dirección de la Galería de Bellas Artes.
La importancia de Napoleón y del movimiento republicano y nacionalista que promovió queda reflejada en esta estatua dónde aparece como Marte pacificador.
 Una obra que admiro desde mis tiempos de estudiante. Nunca olvidaré este gran escorzo de Mantegna realizado en 1480 y que sorprende además por su iluminación y su fuerza trágica además de una técnica realmente impresionante. Es un cuadro que siempre soñé en ver directamente y disfrutarlo como se merece.

Estos Desposorios de la Virgen que Rafael realizó en 1540, es una obra cumbre de la pintura. Aún hoy la utilizo para explicar a mis alumnos la perspectiva y la perfección en una obra artística.
 
No obstante, hay más tesoros como esta obra maestra de Tintoretto, dónde se narra el hallazgo del cuerpo de San Marcos, su intensidad, el tratamiento de la luz y el manejo de la perspectiva hacen de ella una obra clave.
 Retablo Montefeltro
En él Piero della Francesca pintó esta obra maestra en 1475 para Federico da Montefeltro, duque de Urbino que aparece retratado con armadura milanesa. Llama la atención la postura del niño dormido y la compañía de seis santos. Destaca la bóveda de casetones de claro sabor renacentista y el huevo de avestruz que pende del mismo. Parece más una escena palaciega que religiosa y esto también nos adentra en los esquemas del humanismo
 Este San Jeronimo penintente de José de Ribera, nos muestra el tenebrismo con el juego de luces y sombras sin olvidar la temática contrarreformista frente a la vanidad de la vida burguesa. Toda una declaración de intenciones.
Toda la intención también en esta obra: Fiumana de Pellizza da Volpedo, dónde la lucha obrera y los movimientos de reafirmación proletaria cobra todo el sentido. Para mi esta obra me recuerda siempre a Novecentto y su trágica narración de estos momentos de la historia en Italia.
"La ciudad se levanta" Umberto Boccini. 1910

Pelea en la Galeria de Boccioni 1910, colección Jesi 


El Futurismo y sus autores también nos retrotraen a momentos históricos complejos como fue el ascenso de los movimientos fascistas que estos autores, no siempre desde la consciencia, ayudaron a construir con su rupturismo con "lo antiguo", "lo lento" que no siempre es garantía de éxito. Tradición y revolución deben sintetizarse no confrontarse.

Fotos JV y Eugenia
JV 

jueves, 7 de enero de 2016

El Duomo de Milan: un paseo visual

Os proponemos un paseo en imágenes por esta joya milanesa y vamos a empezar por el tejado por aquello de innovar:
 
 Las vistas pese a la niebla son bellas desde cualquier perspectiva



 Edificios emblemáticos se suceden en la vista
 El gótico en plena explosión de formas y luces

 Sus 3500 estatuas aportan movimiento a la catedral con representaciones diversas emocionan al viajero.
 La ciudad se extiende a nuestros pies
La Madonnina lo preside todo con sus 4,16 metros, como sabéis fue esculpida por Giuseppe Bini en 1774
 
 Las composiciones de formas disparan el interés de los objetivos

 En el interior 52 pilares separan 4 pasillos con curiosos capiteles decorados con estatuas:
 Este es el principio de todo pero también hoy nos muestran sus antecedentes arqueológicos:



  El mármol de Candoglia sirvió para que arquitectos lombardos, alemanes y franceses culminaran el proyecto del Duque Gian Galeazzo Visconti. Su belleza y verticalidad hacen de ella un gótico profundamente bello:

 Curiosas obras pueblan el templo como este San Bartolomé desollado realizada por Marco d`Agrate en 1562

 Este bello arco solium que da paso a la sacristía, muestra el Descendimiento, dentro de una obra dedicada a los misterios marianos.

 Otro elemento singular se haya en la bóveda sobre el coro, la luz que apreciáis en la foto señala la situación del sitio donde, desde 1461 se conserva un clavo de la cruz de Cristo. El clavo que tiene forma de herradura fue encontrado por Santa Elena y más tarde legado a su hijo, el emperador Constantino. Después pasó a pertenecer a San Ambrosio y fue llevado en procesión por San Carlos durante la peste de 1576.
 
 Las vidrieras son una auténtica joya dentro de este magnífico templo, las hay de diferentes períodos pero su calidad es realmente incuestionable.
Una visita imprescindible y fascinante que disfrutaréis.
Fotos JV y Eugenia
JV