sábado, 18 de febrero de 2012

EL HAMBRE DE SABER DA LA VIDA


¡Libros! ¡Libros! Hace aquí una palabra mágica que equivale a decir: "amor, amor", y que debían los pueblos pedir como piden pan o como anhelan la lluvia para sus sementeras. Cuando el insigne escritor ruso Fedor Dostoyevsky, padre de la revolución rusa mucho más que Lenin, estaba prisionero en la Siberia, alejado del mundo, entre cuatro paredes y cercado por desoladas llanuras de nieve infinita; y pedía socorro en carta a su lejana familia, sólo decía: "¡Enviadme libros, libros, muchos libros para que mi alma no muera!".
Si pulsáis sobre estos dos párrafos, accederéis a una magnífico post de Pedro Cabrera donde recoge un discurso de Federico García Lorca en la inauguración de una biblioteca en su querida Fuente de Vaqueros. Este texto recoge eso que os digo muchas veces: aprender es la mejor forma de amar y de vivir. Leed este magnífico discurso y disfrutar.
JV

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