No sé si el bombardeo informativo de los últimos días ha podido influir en mi subconsciente y me ha hecho recordar este maravillo lugar, que desde luego me trae recuerdos de este verano, que nada tiene que ver con apellidos que pudieran haberme recordado este bello lugar y que hoy ensucian una vez más a nuestra "clase política".
Lo cierto es que los 84 habitante de Bárcena Mayor, reciben y atienden al viajero con criterio y pasión para mostrarnos este enclave en el valle del río Argoza que se encuentra dentro del Parque Natural del Saja-Besaya en Cantabria.
Se ubica en la cuenca intramontana sobre el antiquísimo trazado de la vía que comunicaba el Valle del Saja con Castilla. Su origen se estima que está entorno al siglo IX bajo la dependencia del monasterio de Santa María de Yermo y en el siglo XII perteneció al monasterio burgalés de San Pedro de Cardeña. Su época de mayor esplendor la debemos situar en el siglo XVIII como vía de comunicación obligada para los productos que llegaban por el Cantábrico y que por estos caminos llegaban a la Submeseta Norte.
Os propongo un paseo por sus calles que creo os gustará como a nosotros:
Piedra y madera se mezclan en una bella sinfonía, mientras su habitantes trabajan la artesanía
La torre de la iglesia recuerda tiempos mejores
Cada rincón tiene un sabor especial y los vecinos cuidan con mimo su patrimonio
El río Argoza marca el límite del pueblo antes de adentrarse en los múltiples senderos para recorrer el valle y sus montañas adyacentes.
Belleza natural en un entorno privilegiado
Sabor y criterio en cada palmo de esta joya donde la paz y el disfrute del medio ambiente se combina de forma sosegada
Un entorno que habla por si sólo
Y como no preciosos alojamientos y buen comer, nuestro recuerdo de la Franca aún perdura.
Una bella escapada dónde mezclar naturaleza y piedras
Fotos Eugenia y JV
JV
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