Es un libro apasionante que da una respuesta diferente a las grandes preguntas: nos dice de dónde venimos quienes somos y lo que hemos conseguido, pero nos plantea una gravísima certeza, no sabemos a dónde vamos. De hecho empecemos por el final dice Harari "¿Hay algo más peligroso que unos dioses insatisfechos e irresponsables que no saben lo que quieren?".
En este libro se mezcla filosofía, una lectura ética de las diferentes morales (definidas aquí como mitos comunes) y ciencia en una magnífica combinación.
Podemos decir que hemos demostrado de que somos capaces, hemos conseguido consolidarnos como los grandes transformadores del planeta: el antropógeno.¿Pero que vamos a hacer con tanto poder?.
Resulta una interesante introspección que nos muestra nuestro viaje evolutivo desde un aminoácido que subyugó al resto de las especies hasta convertirnos en unos dioses, algo irresponsables, incapaces de controlar y utilizar con rigor nuestra asombrosa capacidad de domeñar el planeta y nuestras culturas. Tanto hemos andado que hoy estamos en los albores de acabar con el propio Homo Sapiens modificando las leyes de la selección natural y creando nuevas especies fruto del diseño inteligente que nos pueden acercar a la terrible realidad de Matrix.
El libro plantea interesantes y controvertidos temas que los científicos discuten. Uno es la llamada Revolución Cognitiva según la cual las mutaciones genéticas favorecieron a los Sapiens en detrimento de otras especies como los neardentales o erectus asiáticos, lo que les llevó a imponerse al resto y consolidarse como el grupo predominante. Estas capacidades posibilitaron un nivel de organización que les llevó a imponerse al resto, el autor afirma "La cooperación social es nuestra clave para la supervivencia y la reproducción". Peor incluso, va más allá: "Gran parte de la historia gira alrededor de esta cuestión: ¿cómo convencemos a millones de personas para que crean determinadas historias sobre dioses, o naciones, o compañías de responsabilidad limitada? Pero cuando esto tiene éxito, confiere un poder inmenso a los sapiens, porque permite a millones de extraños cooperar y trabajar hacia objetivos comunes". "En 1789, la población francesa pasó, casi de la noche a la mañana, de creer en el mito del derecho divino de los reyes a creer en el mito de la soberanía del pueblo".
Podríamos afirmar y esto es esencial, que la clave está en la socialización, esto nos diferencia de los simios.
Nuestra capacidad para modificar de forma sustancial e incluso casi irreversible nuestro entorno es el desastre acaecido en Australia dónde especies humanas y anímales fueron aniquiladas. En pocos milenios cambiaron completamente la ecología de grandes partes de Australia, por no hablar de la experiencia americana.
En cuanto a nuestras grandes concesiones que nos alejaron de nuestra situación primigenia, la más dura fue la adopción de la agricultura, dice el autor: "El Homo Sapiens estaba adaptado a trepar a los manzanos y a correr tras las gacelas, no a despejar los campos de rocas ni a acarrear barreños de agua. La columna vertebral, las rodillas, el cuello y el arco de los pies pagaron el precio". Pero esto nos consolidó como especie: desde el 13000 a. C al 8500 a. C la aldea de Jericó en Palestina pasó de 100 personas a 1000 personas, como dice Harari: "el éxito evolutivo de una especie se mide por el número de copias de su ADN. Si no quedan más copias de ADN, la especie se extingue, de la misma manera que una compañía sin dinero está en bancarrota". El libro plantea interesantes y controvertidos temas que los científicos discuten. Uno es la llamada Revolución Cognitiva según la cual las mutaciones genéticas favorecieron a los Sapiens en detrimento de otras especies como los neardentales o erectus asiáticos, lo que les llevó a imponerse al resto y consolidarse como el grupo predominante. Estas capacidades posibilitaron un nivel de organización que les llevó a imponerse al resto, el autor afirma "La cooperación social es nuestra clave para la supervivencia y la reproducción". Peor incluso, va más allá: "Gran parte de la historia gira alrededor de esta cuestión: ¿cómo convencemos a millones de personas para que crean determinadas historias sobre dioses, o naciones, o compañías de responsabilidad limitada? Pero cuando esto tiene éxito, confiere un poder inmenso a los sapiens, porque permite a millones de extraños cooperar y trabajar hacia objetivos comunes". "En 1789, la población francesa pasó, casi de la noche a la mañana, de creer en el mito del derecho divino de los reyes a creer en el mito de la soberanía del pueblo".
Podríamos afirmar y esto es esencial, que la clave está en la socialización, esto nos diferencia de los simios.
Nuestra capacidad para modificar de forma sustancial e incluso casi irreversible nuestro entorno es el desastre acaecido en Australia dónde especies humanas y anímales fueron aniquiladas. En pocos milenios cambiaron completamente la ecología de grandes partes de Australia, por no hablar de la experiencia americana.
Poco a poco nos fuimos atando a nuevas necesidades que crearon sistemas que ya hicieron inevitable volver atrás: "Una de las pocas leyes rigurosas de la historia es que los lujos tienden a convertirse en necesidades y a generar nuevas obligaciones", un camino sin retorno había comenzado ya no se trataba de sobrevivir sino que ahora creábamos grandes pirámides: "Fue el punto de inflexión en el que los sapiens se desprendieron de su simbiosis íntima con la naturaleza y salieron corriendo hacia la codicia y la alienación". Y el resto lo descubriréis con entusiasmo en este sugerente e interesante libro.
JV
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