Ayer fue un día triste en el calendario por qué nos dejo uno de los grandes cineastas de este país que supo como nadie entender nuestra forma de ser y de hacer y que mostró la evolución de nuestro país a través de sus películas. Fue además un luchador que hasta el último momento apoyó causas importantes con una voz siempre personal y auténtica.
Sus películas son un reflejo de nuestro devenir histórico desde Bienvenido Mr. Marshall, donde mostró esa imagen de la dura postguerra y nuestra "peculiaridad", con secuencias inolvidables como las que nos recuerda Vicente en su Blog. Su inolvidable Plácido, o su inquietante y oportuno El Verdugo, además de sus incursiones en la realidad social como Los jueves, Milagro. Su particular visión de la guerra civil en La Vaquilla o su ácida crítica en Calabush. Nos mostró nuestra entrada en la modernidad con trabajos como Tamaño Natural y su Escopeta Nacional: donde en varias entregas nos muestra los grandes cambios de la Transición y los inicios democráticos. Nos situó en nuestra realidad en Todos a la cárcel y supo cerrar su ciclo con una suerte de memorias que son las secuencias de su último trabajo Paris-Tombuctu. En definitiva que echaremos mucho de menos a este gran hombre que siempre estuvo interesado por lo importante.
JV
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