Cuando se entra en Postojna y uno ve estos monumentos naturales, tiene ganas de tocarlos, de sentir su textura, siempre piensa: ¿de que están hechos?. Por supuesto no se debe poner la mano en estas joyas que se formaron en la piedra calcárea en un proceso que nace en el mar hace 70 millones de años en la época geológica cretácea.
Como sabemos en el Terciario el mar se retiró y en la tierra comenzaron los fenómenos cársticos. En el Plioceno, hace unos 3 millones de años, los ríos en la superficie comenzaron a desaparecer para corre debajo de la tierra hacia el norte, hacia el entonces Mar Panónico cuyos restos hoy día representa el Mar Negro.
Estos ríos subterráneos generaron inmensas galerías, que es Postojna, son nada menos que 20 kilómetros de grutas, donde las estalactitas y las estalagmitas capan a sus anchas. Estas cuevas que fueron descubiertas en su parte más longeva -Gruta Antigua- por Lika Cec en 1880, conforman hoy un conjunto que esta situado a una distancia entre unos 15 y 20 metros de profundidad y que se siguen modelando por el río Pivka, dando lugar a otras galerías como las Bellas Grutas o la Sala de Conciertos, donde hoy podemos ver un magnífico esqueleto de dinosaurio:
Estamos en el Karst Clásico, región que se extiende desde Trieste a Postojna. Zona famosa por sus fenómenos naturales como grietas, sumideros, cuevas, simas ríos subterráneos y lagos intermitentes. Algunos de estos fenómenos formados por el agua en las solubles rocas calcáreas fueron estudiados por primera vez, aquí en Eslovenia.
Estas cuevas fueron ocupadas hace 50.000 años, los sabemos por los restos de herramientas encontrados y también por restos de animales extinguidos como: el Oso de las Cavernas.
Pero también estas profundidades se encuentran habitadas por curiosos animales como el Proteus Anguinus, también conocido como Vivaris Proteus o Pez Humano, por la similitud de su piel con la de los hombres. Este híbrido entre pez y anfibio que es ciego y respira por branquias exteriores, puede vivir hasta cien años y se reproduce por huevos. Aquí os muestro una imagen del Vivaris que durante dos meses esta en unas peceras, en un museo cercano a la cueva, y luego es devuelto a su medio natural.
Como veis un lugar lleno de sorpresas que se completa con la existencia de este tanque en el parking de acceso a la cueva. Aunque inicialmente pueda parecer desconcertante, lo cierto es que no lo es. Durante la Segunda Guerra Mundial, los nazis escondieron en la gruta un gran deposito de gasolina que fue destruido por los partisanos generando una gran explosión e incendio del que hoy quedan huellas evidentes.
Como podéis comprobar, esta es la riqueza de viajar, tener la oportunidad de aprender en cada etapa y en cada lugar.
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