sábado, 28 de marzo de 2009

La vida es puro teatro

Ayer fue el día del Teatro, ese arte que hoy en día, como casi siempre en su historia está en crisis, pero siempre será algo diferente, una forma de entender las obras desde la percepción de lo espontáneo sin artificios, sin efectos especiales. Sólo el valor de la palabra, te hace sentir en la platea que durante dos o tres horas formas parte de algo, sientes a personas que se afanan por crea el sueño de la razón.
Ayer fui a ver una de esas obras que me han marcado desde muy joven: "Luces de Bohemia", tuve el placer de leerlo en COU, comenzando un gran amor que ha llegado hasta hoy. Es una obra pocas veces representada por su complejidad escénica, se trata de una road movie por Madrid: el callejón del gato, la puerta el Sol, el Viaducto y diversas tabernas de ese Madrid intercultural y cosmopolita son recorridos por dos personajes: Max Estrella y Don Latino que nos muestran la tragedia hispánica desde la visión del primer poeta de España.
Yo tuve el privilegio de verla representada en el María Guerrero hace nada menos que 25 años (como pasa el tiempo) en 1984 y así se comentaba la noticia de entonces: http://www.elpais.com/articulo/cultura/Craneo/previligiado/elpepicul/19840301elpepicul_8/Tes/
actuó aquel glorioso día de marzo, el más grande sobre las tablas, el inolvidable José María Rodero que como otras veces nos hizo sentir aquello de que el teatro y Valle son otra cosa (leed las "Comedias Barbaras" y lo entenderéis)
El trabajo del Teatro del Temple que vi ayer, es una magnífica adaptación de este serio y riguroso grupo de trabajo que me volvió a emocionar como entonces. Sin embargo me sorprendió, la actualidad de esta obra intemporal, así esos "craneos previlegiados" que nos han levantado el dinero aparecen en esta obra donde el esperpento de ayer es hoy esa economía especulativa y destructora que como se dice Max nos ha llevado a afirmar durante muchos años "En España ya no se valora la inteligencia y el trabajo sino sólo el dinero", este es nuestro esperpento que se vuelve a repetir al mirarnos en los espejos del callejón del gato, donde nos vemos deformados y otra vez decimos aquello de que España es diferente aquí todo será más duro y más largo.
En fin, un magnífico libro que os animo a leer o releer y una obra que os recomiendo encarecidamente si tenéis oportunidad. Espero que como decía Valle y Max Estrella dentro de poco pueda afirmar "aunque menores en años, mayores en preces". Salud.

1 comentario:

vicente dijo...

me levanto el cráneo ante esta entrada