domingo, 29 de agosto de 2010

En Italia, otros placeres para el viajero

Viajar es mucho más que visitar bellos monumentos que te alimentan el alma, es acumular experiencias que, al menos a algunos, nos permiten vivir un año más pensando cual será nuestro próximo destino. Es también, un cúmulo de sensaciones, a veces efímeras, que alimentan nuestros sentidos: el ajetreo de una plaza, los olores de un mercado, la cotidianidad de los locales que intentamos escudriñar en sus movimientos en el autobús o andando por la calle; las tiendas: sus escaparates que denotan una forma de entender y enfocar el negocio; por supuesto la comida en sus variadas formas: rápida, tranquila, elaborada, callejera. También viajar conlleva trasladarnos a otro sitio con sus mecanismos particulares que nos hablan del lugar, de sus autobuses, de sus trenes, de sus normas de convivencia en definitiva de cómo son aquellos que queremos conocer y que son la esencia del viaje. Muchas veces un viaje nos marca por la gente que hemos encontrado y por la relación con ellos, haciendo que un lugar anhelado se convierta en una pesadilla o que al contrario un lugar anodino se recuerde como la más inolvidable de las experiencias.

Risotto alla mantovana sgranatto

Tortelli di zucca al burro fuso e salvia (un idioma curioso, verdad)


Italia, no sería igual sin helados, con formas tan sugerentes

Yo conservó algunos tics de la infancia, siempre me gustó observar el paisaje desde el aire, esta reminiscencia de mi memoria hoy se ha convertido en una toma sistemática de fotografías desde mi asiento, que acumulo desde hace años, y más ahora que la fotografía digital hace que el disparador se prodigue casi de forma enfermiza. Mares blancos, extrañas formas de belleza táctil que recuerdan aquellos palos de algodón de las ferias, el recorte de las costas o la fusión de las montañas con las nubes, son placeres que aún hoy no puedo dejar de disfrutar.



Con cariño para mi alumno Jorge, él lo entenderá



Los viajes te sorprenden además con atractivas sugerencias, como asistir a un concierto de arias en Venecia, dentro del marco incomparable de una iglesia barroca, bellos encuentros con la naturaleza en los lagos que rodean Mantua o escaparates que llaman tu atención por su peculiar disposición o por su abigarrado elenco.

Vista de la Fenice













Es de esto de lo que quería hablaros en este post, quizás algo surrealista, pero que para mí forma parte consustancial del caminar por esa experiencia vital que es viajar y conocer. Estas fotos son la evidencia de esos, mis otros placeres.

Fotos JV y Eugenia
Todas son ampliables

1 comentario:

Vicente Camarasa dijo...

Me tienes abrumado con tanta actividad. Las fotos son espectaculares y me encanta la nueva presentación que le has dado al blog, mucho más visual y organizada de una forma más cómoda de manejar