viernes, 5 de junio de 2009

Segura de la Sierra, un reencuentro con los santiaguistas

Hace unos años cuando trabajaba en mi tesis doctoral, tuve el inmenso placer de acercarme a una localidad que marcó parte de mi futura investigación. Su interés histórico, es importante pero aún más lo ha sido, ver como una realidad de organización social del espacio en el ámbito de la historia medieval tenía hoy su continuidad en una comarca serrana que sigue marcada por este emporio de larga tradición histórica. Algunos serranos amantes de su tradición han tenido la deferencia de invitarme a compartir con ellos unas Jornadas Manriqueñas, donde hemos profundizado sobre su devenir histórico y literario: Jorge Manrique nació en esta localidad y su padre fue comendador de Segura e incluso maestre de la Orden de Santiago durante el conflictivo último tercio del siglo XV. Segura de la Sierra y la Encomienda del mismo nombre fue un enclave fundamental de la Orden santiaguista en Andalucía, conformándose entorno a esta localidad y su término, una plataforma que permitió gestionar los hostigamientos contra Granada, consolidar la posición castellana en Murcia y Cartagena frente a los aragoneses y consolidar la ocupación del este de Andalucía con su extensión en Bedmar y Torres de Albanchez. Este proceso se consolido a lo largo de los siglos XIII y XIV. Fruto de esta situación de frontera son los restos de todo un sistema ofensivo-defensivo que aún hoy queda patente en su paisaje: En esta imagen podemos ver el sistema de torres de vigilancia que se estableció desde la Puerta de Segura, con dos puestos de control sobre la entrada al valle y un sistema de torres de vigilancia que permitían el control visual de la zona. Detalle Torre de vigilancia en Orcera. Esta localidad en torno a la cual, se organizaría esta potente encomienda, fue donada a la Orden de Santiago el 21 de Agosto de 1242 por Fernando III. Su potencial, sin embargo no fue exclusivamente militar, sino que se convirtió en una zona de gran potencialidad económica. El sector occidental de esta zona montañosa de la Sierra del Segura, con mayores altitudes y mejor régimen pluviométrico, produjeron una gran riqueza de pastizales y montes que aseguraron una fructífera explotación ganadera y forestal. La suavización del relieve por su sector norte hacia el Campo de Montiel, la dotó de buenas superficies agrícolas para el cultivo del cereal y la vid que permitieron la consolidación de un importante poblamiento aldeano. También documentamos en su momento, que esta explotación de los montes conllevó la consolidación de una producción de pez (materia resinosa, que se obtiene por precipitación a grandes temperaturas de la resina de los pinos que se obtiene en unos hornos llamados pegueras). Este material, hoy en desuso, se utilizaba, entre otras cosas: para calafatear los barcos, impermeabilizar las botas de vino, e incluso en la confección del calzado. Hoy en día la explotación de la riqueza maderera sigue siendo importante, como también lo fue en otras épocas históricas como en el siglo XVIII, cuando Orcera, arrabal de Segura, se convirtió en provincia marítima. La madera de esta sierra se utilizó de forma intensiva para la construcción naval, con el transporte de la madera por el curso de los ríos Segura y Guadalquivir. Segura fue sobre todo, una zona de paso de ganados y mercancías de gran importancia. Desde tiempos antiguos, los territorios de la encomienda eran atravesados por la antiguia vía romana (de la que aún pueden observarse restos) que unía Córdoba con Sagunto, cruzando el Guadalimar por la Puerta y Genave para avanzar por Riopar y adentrase en tierras cartageneras. Asi mismo, las vías pecuarias procedentes del Campo de Montiel que confluyen en los ríos Gudalimar y Guadalmena, fueron controlados por la Orden a través de la encomienda, convirtiéndose ésta, en una posición clave en el tráfico comercial entre la Zona Oriental de Andalucia y la Submeseta Sur. Este bagaje histórico está siendo hoy recuperado mediante el trabajo de un puñado de entusiastas personas que cuentan con el apoyo de sus alcaldes, quienes con su labor enaltecen el trabajo de pequeños consistorios que luchan por conservan su pasado. El fruto de este trabajo les ha llevado a consolidar una serie de espacios de interes para aquellos viajeros que quieran explorar, esta esplendida zona llena de belleza natural e histórica. Sirvan estás imagenes para animaros a conocer este pedacito de nuestra aún poco conocida Sierra de Segura donde confluyen, como lo han hecho históricamente, la riqueza de Andalucía (Jaén y Granada), la singularidad de Castilla-La Mancha (Campo de Montiel, Albacete) y la variedad que nos propone Murcia. Os animo a que disfrutéis de esta maravilla. Detalle Museo Provincia Maritima en Orcera

1 comentario:

Sergio Rodríguez Tauste dijo...

Un saludo desde la Sierra de Segura, la verdad es que fue un placer conocer a uno de los grandes investigadores sobre la Orden de Santiago