Te trasladas a esos momentos en que todo empezó, parece que estés en el comienzo, en un lugar puro donde la mano del hombre aún no ha conseguido romper la belleza frágil de la naturaleza virgen, cautivadora, relajante, inhóspita, esplendida, inigualable. Todos tus sentidos se revolucionan, te sientes, eso un hombre afortunado por vivir en un lugar tan bello.
El agua salta con toda su fuerza, conforma lagos oníricos como el Sarmiento, que veis en la primera imagen, el Pehoe en esta segunda y aún más en el Wordenskjöld.
Y todo por unas Torres que junto con el la Cumbre Central, Punta Bariloche y Almirante Nieto, rentan al escalador con sus 2800 mts. sobre el nivel del mar.
Cuando te despides al amanecer, la Torres se dicen hasta siempre con todo su esplendor y grandeza, en tu corazón siempre queda un mensaje: nos volveremos a ver, eso tenedlo claro.
1 comentario:
Increible JV como siempre.
Un abrazoo
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