lunes, 30 de noviembre de 2009

Sobre estados fallidos y la hipocresía de la fachada, en la economía capitalista.



Siempre que explota un suflé capitalista, los grandes expertos se llaman aldanas. Como poseedores de inteligencia práctica –término con posibles y variados significados- ellos no analizan bien los riesgos cuando se lanzan a empresas poco claras que buscan la apariencia y la opulencia como forma de desarrollo. ¿Son viables y sostenibles estos proyectos? –islas en medio del océano en un país desértico- hechos en países con monarquías feudales pero que como siguen los dictados de la “libertad de comercio”, son buenas aunque machaquen los derechos de las personas, en particular los de las mujeres. Estos países tan “democráticos” aparecen pocas veces criticados en los medios occidentales, cuyos países se enriquecen o al menos creen que lo van a poder hacer. Nos podemos fiar de los criterios de análisis de estos chicos de los bancos que meten la pata una vez de tras de otra. ¿Son estos los técnicos que nos explican como salir de la crisis?. Yo creo que deberían formarse e informase más y especular menos. Sus criterios son fallidos, como los estados que por intereses económicos defienden, aunque sean indefendibles desde los criterios que aplican a otros, olvidándose de esos principios con los que se llenan la boca: libertad y mercado, que claramente no funcionan en países que apoyan evidentemente con poco criterio. ¿Hasta cuando debemos soportar tanta incompetencia?, ¿les damos otra ayuda millonaria para ver si se estrellan de nuevo, o damos el dinero a los que realmente producen y crean riqueza: esas pequeñas y eficaces empresas que pueblan nuestras ciudades?.

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