sábado, 4 de julio de 2009

Una imagen para la reflexión

Cuando vi esta imagen pensé que era una buena alegoría de mi experiencia en Campo Real a lo largo de este curso. En primer lugar muestra ese andar pausado y no pocas veces inhóspito que recorremos los profesores hoy en día. Diferentes lugares, diferentes alumnos, diferentes compañeros, nuevas situaciones, nuevos retos. Vivimos un volver a empezar constante que nos enriquece pero que resulta muchas veces inquietante. Una de esas veces, un gran profesor me dijo algo parecido a esto: la docencia en secundaria, es la labor de un jardinero que llega a un paraje indómito que debe desbrozar, definir y cultivar con la esperanza de que alguna de las semillas brote convirtiéndose en una única, bella e interesante flor.
Esta instantánea muestra eso: un paisaje poco definido, aún por trabajar, con pequeños brotes, que andando el tiempo, florecerán si les ponemos entusiasmo, criterio y mucho trabajo. Es el nuestro, un trabajo de compromiso personal, de acompañar y abrir al alumno en nuevos territorios que debe conquistar, fomentando su capacidad de razonar, de establecer relaciones entre informaciones diversas y en algún caso contradictorias, de manejar nuevos términos que expresan conceptos que debe asimilar para ser utilizados en el futuro dentro de un espíritu critico, teniendo muy claro que lo importante de este viaje no es su final sino la posibilidad de realizar un fructífero trayecto que llene de vivencias y conocimientos ese espacio en blanco marcado por las pisadas de los que nos antecedieron, que debemos recorrer para forma parte de nuestra historia que a la postre es la historia de todos.
Ningún curso es uno más sino uno nuevo lleno de encuentros, descubrimientos y decepciones. Con este post quiero agradecer todo lo que me llevo que ya forma parte de mi, lo malo está olvidado aunque forma parte de todo lo que debe ser mejorado en el nuevo proyecto que nacerá en Septiembre. Nos veremos o no, eso importa poco, lo genial fue que nos hemos conocido.

1 comentario:

Anónimo dijo...

Qué bonito... y verdadero
Vicente